Las frutas son regalos de Dios.
Cuando un plátano yo comí,
a Dios le vi aplaudir.
Cuando yo cortaba sandía,
se llenaba de alegría.
Cuando tomaba uvas,
me miraba con dulzura.
Cuando me comí una nuez,
se llenó de placer.
Y cuando cogí un melocotón,
se alegró y me sonrió.
"¡Qué frutas más buenas!",
me dijo Dios.
Padre bueno.
gracias por mi familia,
por regalarme este día.
Por ser un Padre bueno,
que me quiere con esmero.
Me enseñas a amar,
me regalas el mar.
Cuidas de mí
y me hace feliz.
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