A la muerte de Cristo Nuestro Señor.
La tarde se oscurecía
entre la una y las dos,
que viendo que el Sol se muere,
se vistió de luto el sol...
Los ángeles de paz lloran
con tan amargo dolor,
que los cielos y la tierra
conocen que muere Dios.
No lloréis, Virgen piadosa,
que , aunque se va vuestro Amor,
antes que pasen tres días
volverá a verse con vos.
(Lope de Vega)